autor: Camilo José Cela
El juego de los tres madroños recoge los 391 artículos que Cela publicó en ABC en los primeros años de la década de los ochenta. Esto es, incursiones en la política, artículos relacionados con el arte, la literatura, la lengua, los recuerdos y las reflexiones. Descubrimos que, junto al Cela novelista y al Cela viajero, existe también un espléndido Cela articulista.
«Acabo de inventarme El juego de los tres madroños, entretenimiento bienintencionado y ejercitador de las paciencias; por ahora no tengo más que el nombre, que me parece bonito e, incluso, teñido de cierto arcaico aire de menestralía, pero pienso que lo más probable es que el reglamento me vaya saliendo poco a poco y a su ser.»
Y pasaba a explicar su ingenio: en el primer madroño se esconde la verdad, que es como un racimo; en el segundo, el azar, que es como un melón, y en el tercero, el viento, que pudiera representarse en forma de mariposa de cien colores.
Cela se sentía parafraste de ABC: «Uno, en su humildad y en esta ocasión solemne, declara con su mejor énfasis que los escritores de ABC -yo al menos, y que cada uno hable por sí- somos independientes en nuestra línea de pensamiento y no aceptamos necesariamente como nuestras las ideas vertidas en los artículos editoriales. ¿Está claro?». Como el agua.
Y así, relata Don Guillermo Luca de Tena, «nuestro Premio Nobel, hombre inteligente y agudo, vino a verme un buen día de marzo de 1982 para decirme que El juego de los tres madroños ya se había agotado. Si el primero lo tituló La buena intención, en el último nos dejó un Queden ustedes con Dios y esta justificación: «Hace ya mucho tiempo que caminamos juntos y la prudencia enseña que, para que los cueros del cuerpo y las badanas del alma no pierdan flexibilidad, debe mudarse la compañía de vez en cuando…»» Y terminaba don Camilo: «Me voy contento, agradecido y en paz. A lo mejor vuelvo; depende de las circunstancias y de que la musa que sopla las novelas me ayude con mayor o menor cariño y eficacia».
Encuadernado originalmente en guaflex, en lomo recto y siendo el tomo 2 mucho más grueso que el tomo 1 (sin motivo aparente).
Se reencuadernan los tomos. Bradel en tapa suelta con lomo y tapas en piel de vacuno. Cabezadas de la misma piel y guardas en papel imitación ante. Caja con apertura central en dos, en papel Lokhta y papel Kozo (Japón), para así poder enseñar la caja por cualquiera de sus lados.
Colección particular de D. Evaristo Lemos